un jueves cualquiera de Kamy

En lo que se puede convertir un jueves cualquiera de mi vida

Lo grandioso de un jueves cualquiera

Un jueves cualquiera en mi vida de autónomo (o pequeño empresario…) debo estar “trabajando”, pero ¿Qué es trabajar? ¿Por qué hay que separar el trabajo de tu vida, de tus emociones, de lo que te gusta?

Bueno pues, como yo me lo puedo permitir, más o menos, ayer empecé trabajando, toda la mañana, terminando, empezando o avanzando proyectos de clientes con los que tengo contratos.

Pero a las 3 de la tarde tenía una cita que haría que el jueves se convirtiese en algo más, mucho más, una locura, bueno voy desgranando y ya vosotros y vosotras le ponéis los adjetivos que creais oportunos…

La cosa es que la cita era, de trabajo, tenía que avanzar en un proyecto, de esos que te gustan trabajar, en los que te gusta estar metido, y vaya si me he metido en el proyecto… bueno, no sigo que me voy por las ramas y queda mucho que contar.

Sesión de fotos, me vuelvo a convertir en modelo, como un jueves cualquiera

Cita a las 3, sesión de fotos del proyecto que verá la luz el próximo 1 de octubre (¿pero ese día no es fiesta?), bueno da igual…  El proyecto es de la Asociación Acompañamiento Afectivo. La cosa es que yo ya iba un poco predispuesto porque sabía que me iban a utilizar de modelo en la sesión de fotos, y así fue, habia algunas personas más, me presentaron a 2 de las 3 chicas que han comenzado con el proyecto Anaida y Linda, junto a Leonor (Sol) que es la persona que conozco y que me ha metido en todo este embrollo. Me encantó el recibimiento, sonrisas y abrazos de esos de más de 5 o 6 segundos que tanto transmiten y más cuando son de personas que no conocías.

Y me tocó “posar” y aquí tenéis el resultado… Como veis un trabajo muy duro que me tocó hacer.

Empiezan a pasar cosas raras, uno de los otros “modelos” necesitaba una camiseta blanca, esa que llevo puesta, así que me pidieron si podía quitármela, y claro que si, se la presté y allí estaba yo en un pasillo con un montón de gente desconocida o conocida de hacía minutos, con mi torso desnudo… y no tengo una tableta de chocolate precisamente jejejeje… Ya empezaron a conocerme por dentro 😀

Hora de trabajar en un jueves cualquiera

Pero, vamos que como he comentado yo iba a currar, a trabajar, así que me reuní con Leonor, si … la que sale en la foto, la que me ha metido en todo esto… y empezamos a repasar la web y a explicarle como funciona, eso nos dio para unas cuantas horas, pero vamos que tuvimos tiempo de bajar, tomar un refrigerio y a las 8:30 ella tenía una clase de biodanza, es facilitadora (la profe vamos).

Creo que trabajamos bastante en la web y se quedó con casi todo lo que tiene que hacer para gestionarla, pero vamos que si hace falta nos reunimos, un jueves cualquiera y continuamos 😀

La cosa es que salimos tardecillo, a ella le entró el hambre y paramos en un “showarma” de esos, hay que decir que estabamos en plena Alameda de Málaga.

Y ahí empezó todo, a convertirse lo que era un jueves cualquiera en… yo que se… seguid leyendo!!!

En le “showarma” había dos guiris y el chico que atendía, pedimos nuestra comida, Leonor no puede comer cosas “duras” (jejejeje) porque tiene un aparato en la boca, así que se pidió falafel solo, sin ná… y yo un rollo completo.

Lo bueno vino cuando pidió una caña de cerveza para llevar, a mi me sorprendió un poco.

– Me pone 2 cañas para llevar – Leonor

– ¿Mejor dos latas no? – Camarero

– No, dos cañas en esos vasos (señalando los vasos típicos para los cafés para llevar) – Leonor – Pero no me cobres 2 cañas que son más pequeños

– ¿Quieres tres? – Camarero

– No, no solo dos – Leonor

– Es que así te cobro como 2 cañas – Camarero

– No, tu cobrame menos – Leonor

Nos sirve las cañas, se va para recoger las tapas de los vasos y Leonor se sale fuera a fumarse un cigarrillo y empieza a beberse su caña… Le digo al camarero que deje la tapa, que luego se la ponemos y sigue preparando el pedido.

Yo empiezo a intentar tapar la “caña de cerveza en vaso de café para llevar” y no hay forma. No se si será por la cerveza, o porque realmente esas tapas no sirven… la cosa es que no cerraba.

– Leonor – Date prisa por favor, que acabamos de salir del psiquiátrico, solo me dejan salir los jueves, y me tengo que ir.

Imagináos el cachondeo que se montó, hasta los guiris hablaban ya en castellano.

Nos da el pedido, pago, aunque Leonor no quería, pero estaba muy liada con la cerveza, el cigarro y dándole explicaciones al camarero sobre su salida del psiquiátrico…

– Muchas gracias, el próximo jueves si me dejan salir volvemos – Leonor dixit.

Camino del parking un jueves cualquiera

Y seguimos nuestro camino, con una bolsa gigante llena de cojines, otra bolsita pequeña con la comida, un vaso que cuando nos dimos cuenta parecía el de las muestras de orina… y con la cerveza imagináos… por medio de la Alameda de Málaga, rumbo al Parking.

No se cuantas veces se nos quedaron mirando, ni cuantas veces preguntamos por un “urólogo”, que ella decía que para lo suyo no le valía… Y todo eso con la “muestra de orina” en alto entre la gente…

Llegamos al coche y nos acercamos a pagar en un parking como un jueves cualquiera

Pues no, que la maquinita también estaba de cachondeo, y no admitía ni una sola moneda, ni una… y le echamos unas cuantas, al final tuvimos que pagar con billetes, menos mal que se nos ocurrió con el cachondeo… Que vamos tarde.

Ah! por cierto, las muestras de orina junto con la comida se quedaron sobre el techo del coche de mientras y en eso apareció el limpiador del parking, pasó junto al coche, pero no se fijó… o no se quiso fijar al ver lo que había…

Mi primera clase de Biodanza, un jueves cualquiera

Nos metemos en el coche, y nos vamos para El Palo a la clase de Biodanza de Leonor, por supuesto, yo después de la tardecita que llevaba, no podía resistirme a iniciarme en la Biodanza, así que llevamos, ya nos estaban esperando algunas personas, me presentó, y me fuí a un rincón a comer como pude… yo no sabía los garbanzos si iban a hacer efecto entre los nervios de la primera vez y por la propia naturaleza de los garbanzos, ¿o nunca habéis escuchao el chiste de Paco Gandía? (Espero que esto no lo lea el Boa).

No era yo el único “novato”, después de las presentaciones empezó la clase, no os voy a contar nada, porque creo que es algo que hay que probar y yo os invito a hacerlo con Leonor, pero si que os adelanto que, tocar, se toca, y mucho, manos, espaldas, hombros, lóbulos de la oreja… eso que yo recuerde… 😀

Bueno, y hasta ahí… casi todo, porque luego, como cualquier juernes… tocaba tomarse una copita, después del duro día, así que los y las alumnos/as más aventajados nos fuimos a un bar, a continuar la noche… Y nos conocimos más y hablamos de muchas cosas, pero de muchas, y creo que eso es otra de las cosas que pasan cuando te dejas llevar, que conoces personas maravillosas, que quizás algunas no vuelvan a cruzarse en tu vida, pero esas experiencias te enriquecen.

Y volví a mi casa, con una sonrisa de oreja a oreja, con la música a todo volumen, disfrutándola como siempre me ha gustado, pero quizás con más atención que otras veces.

Y hoy me he levantado con un pedazo de sonrisa y os puedo asegurar que no hubiese sido lo mismo este viernes sin que ayer se convirtiese en “un jueves cualquiera”.

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