Y sigue ocurriendo y sigo disfrutando y sigo viviendo Kamy

Y sigue ocurriendo, y sigo disfrutando, y sigo viviendo

Sigo viviendo a mi manera

Así es, sigue ocurriendo que sin planificarlo sigo viviendo experiencias maravillosas, y encima, como esta semana, sigo viviendo experiencias increibles. De esas que muchas veces piensas, esto es muy difícil que vuelva a ocurrir.

Pero vuelve a ocurrir, una y otra vez, sin planificarlo, toda la semana ha sido maravillosa, pero desde el jueves ha sido realmente intensa, a mi ritmo, que yo me lo tomo con tranquilidad.

Lo mejor de todo es que mi cuerpo y mi mente me acompañan y saben adaptarse a cada situación. Y mira que a veces les exigo demasiado.

Jueves y biodanza

Todo comenzó con el taller de biodanza, esta vez creo que fue el más intenso hasta el momento. Es impresionante lo que se puede llegar a sentir, y a sudar también, que a mi me viene de lujo. Pero más que la biodanza fue la biocaña que nos tomamos después, también creo que fue la más intensa y divertida. Cada vez estamos más compenetrados. Hay más confianza y eso se nota en el nivel de las conversaciones y de los temas que hablamos. Y sobre todo la confianza que tomamos para hablar sin tapujos.

Viernes, Faemino y Cansado

Tenía una espinita clavada, en la anterior visita de estos grandes humoristas me fue imposible asistir a verlos. Incluso con las entradas compradas. Pero no estaba yo para ese tipo de actividad.

Así que esta vez no me los podía perder, y aunque fuese desde el “paraiso” del Teatro Cervantes, lo más alto, lo más barato y para mi, también lo más divertido, porque me hizo agudizar mi ingenio y mi humor. Saqué unos cuantos chistes de esos improvisados que arrancaron más de una carcajada.

La actuación estuvo genial, de 10, impresionantes como 2 personas con 2 micrófonos de pie son capaces de llenar todo el escenario del Cervantes y ganarse al público. Por supuesto, llenazo absoluto.

Luego salimos un rato por ahí, pero poquito, en Málaga, se cierran los bares muy temprano, eso si, me pude echar un par de risas más en el Calle Bruselas de la Plaza de la Merced.

Sábado y ruta de la tapa de Coín

La verdad es que no soy mucho de salir de tapas ni nada de eso, pero tenía también una deuda pendiente con una amiga de hace mucho que acaba de abrir un bar en Coín. ¡Qué valiente! El GreenBar en el Conjunto Victoria.

Bueno pues allá me fuí, me aventuré como casi siempre solo, ya lo he dicho me encanta improvisar, mi “plan” si se le puede llamar así. Era tomarme 3 o 4 tapas y volver para casa para descansar que me esperaba un domingo potente, y me quedo corto después de lo vivido.

Primer bar, lleno, así que paso de largo, ya lo haré a la vuelta, me dirijo al GreenBar. Y así ya hago acto de presencia. Me encanta la decoración, me encantó la tapa, aunque si que era pequeñita, lo suplia con la mezcla de sabores que probocaba en la boca, muy rica.

A unos metros está el bar Al-Andalus que en estas ocasiones me gusta visitar, tienen una buena cocina y lo llevan gente muy profesional, por supuesto no me decepcionaron, creo que una de las mejores tapas con diferencia, de las que probé.

Me doy una vuelta, no encuentro a nadie conocido y todos los bares “petados” (llenos), como debe ser en un evento así. Yo preferí darme una vuelta, tantear el Bodegón de Antonio, al que no entré, por ahora. Y seguí ya camino de mi casa, antes quería pasarme por el primer bar, el Jommara, a ver si esta vez podía tomar algo.

Ahí empezó todo, Prisk y su hermana habían cogido una mesa, y 4 sillas que reservaban para Dani y Lorena, yo ocupé una de ellas, por el momento, mientras que llegaban y así me tomaba la tapa de este bar que nunca defrauda, esta vez un “mini blinis” 😀

Y todo se desmadró, aparecieron Rocio e Iván, Sole y Rafa, yo ya sabía que otra vez acabaría diciendo eso de … “me liao”!!!

Por supuesto después de muchos saluditos, nos tomamos la tapa, aparecen Dani y Lorena y seguimos la ruta, ya no hay vuelta atrás. Nos metimos en Bodegón de Antonio y nos tomamos otra tapita. Y nos vamos al Al-Andalus (por segunda vez para mi, y no la última). Luego otra vez al GreenBar, de allí empezó a desaparecer gente y quedamos 3, Sole, Rafa y yo, nos fuimos a tomar el café y el dulce de La Reja, que entraba también dentro de la Ruta de la Tapa. Una bonita conversación, unas buenas risas y a por la copa al Café Teatro.

En el Café Teatro, estuvimos un buen rato, si os digo la verdad, ahora mismo no recuerdo cuanto, la cosa es que se nos hizo un poco de noche, y claro, había que cenar…

Y empieza a parecer más gente, Dani, Juana, Alberto y María, Gabi y su mujer, que querían empezar, y nos vamos, ooooootra vez al Al-Andalus, mi tercera y última vez, ya había cachondeo conmigo.

Lo que más gracia me hizo fue cuando José del Al-Andalus en la primera visita me preguntó si me sellaba y le dije que no, y el mismo afirmó, “es verdad, tu vas por libre”, eso me llena 😀 😀 😀

De ahí a las Margaritas, al Bar Zurich, otra buena y consistente tapa. Y volvemos a la Plaza del Pescao al nuevo bar, Rincón de la Plaza, esta ya fue la última tapa y la más consistente sin duda. Vaya pedazo de tapa… y rica.

Se nos suma más gente, Fran, María, Maia y seguimos…

Y otra vez al Café Teatro y otro gin tonic, y Jacobo que dice que soy muy mayor ya para estas cosas, “pero si es que me lian” 😛

Llega más gente, y surgen conversaciones interesantes y muchas risas, y más conversaciones y más risas y casi a las 2 dice Prisk y su hermana que se van, era mi oportunidad, abandonar con las mismas que empezó todo.

Y me fuí para casa, a dormir, a descansar, que todavía no me explico como me lié…

Domingo biodancero, huerto colectivo y cuentacuentos

Y llega el domingo, me hacía mucha ilusión, porque ibamos a un huerto ecológico a un encuentro de amigos y amigas con las que solo llevo compartiendo biodanza un mes y medio, y con algunos solo unas semanas. Solo Leonor que es quien me invitó a entrar en esta “trapa” que tanto me ha enganchado y tanto me ha abierto y tanto me está ayudando.

Bueno pues nos vamos al huerto de Miguel y Paqui, todavía tengo mucho que hablar con ellos, mucho que compartir y mucho que aprender, que gran pareja.

Ha sido maravilloso todo, desde la llegada, de hecho ha habido muchos momentos en los que me he teletransportado a mis años de campo, cuando como niño iba aprendiendo todo sobre plantas, frutas, verduras.

Antes de ir, paré en el Mercado Local de Productos de Coín, para recoger algunos de temporada, un par de ensaladas, una bolsa de rosquetes y un pan del pueblo.

Una vez que llegamos y nos vamos encontrando los primeros y las primeras, primera vuelta de reconocimiento por todo el huerto colectivo para conocer lo que están haciendo, que bonitas experiencias, no se como esto no se apoya mucho más desde las instituciones.

Y llegaron casi todos, porque hubo un chorreo, y empezamos a comer, y que gran abundancia, pero si desperdiciar nada, sin gula, todo buenísimo.

Tenía pensado regalarles un cuentacuentos, tenía el gusanillo de nuevo, necesitaba contar, me encanta, por lo que me provoca interiormente y por las sensaciones que me produce ver la reacción de la gente que me escucha, así que se lo comenté a Leonor y Paqui.

Me encantó que Paqui se lanzara también a contar un cuento, y luego Rafa, y también Eva, aunque lo leyese en el móvil.

Conté 2 de mis cuentos favoritos, el de los indios y el tiempo y el de Carla y Federico, pero esta vez le cambié el nombre a Carla… Cosas del directo…

Y luego conté el cuento del zorro, el que cuenta como nadie mi buen amigo el Canijo, pero que creia que era el momento, allí en el campito.

No los había ensayado, como habéis visto se me fue complicando el fin de semana por momentos, así que improvisé, como no me gusta nada jajajaja…

Me encantó la sensación, y me esperaba “lo peor”, suele pasar, siempre llega un momento en el que los niños y niñas se acercan a mi, les doy juego, les hago algún truco de magia, de esos muy tontos, o me pongo a jugar con ellos al escondite, y ya no pude parar en toda la tarde, ni pude, ni quise, me lo paso mejor que ellos, me rio mucho, me encanta ponerme a su altura, incluso bajar más, a veces veo su cara de sorpresa cuando un “adulto” hace cosas que ni ellos harían, pero ahí está mi niño interior, recuperando su espacio, y yo que se lo cedo encantado…

Y así fue pasando la tarde, hasta que nos despedimos, hasta el próximo jueves que nos encontraremos en biodanza, otra vez???? el jueves, ah! nooooooo que esta semana igual las actividades se adelantan al miércoles.

Nada esa fue otra de mis experiencias, todo comenzó un jueves, como “otro cualquiera” y la cosa se fue “complicando” hasta que volví a decir para mis adentro “ya me liao otra vez”.

Es domingo, 11:30 de la noche y sigo viviendo y sin poder borrar la sonrisa de mi cara, y no es que lo quiera hacer, al contrario, me voy a acostar con ella, así… no dormiré solo 😀

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